Latidos

Crítica de dos piezas audiovisuales sobre la pintura de Li Huayi producidas por la galería de arte Kwai Fung Hin. Disponibles en https://lihuayiarts.com/video/.

Por Rose Marie Guarino

ALAS tiene sus vías secretas, sus vuelos nocturnos que provienen de la oscuridad de la tinta. De esta manera se materializa el continuo entre Oriente y Occidente, entre espacio y tiempo, entre pluma y pincel. El ritmo lo compone el corazón. Por eso, ajustamos los latidos al arte que se invisibiliza para mostrar otro arte, caja china que pone en movimiento un ritmo diferente, que le da voz al silencio.

A través del video, las imágenes fijas de las pinturas comienzan una danza lenta pero intensa, con giros y acercamientos. Los detalles brotan, dialogan con elementos de la naturaleza, pormenorizados, también, en frescos paneos, expuestos a lluvias y vientos tenues. A estos diálogos se agrega el pintor, una silueta más en la fiesta de luces, sombras, colores. Reflexiona sobre su arte, sobre el arte, sobre la vida. Cuando se trata de la galería, es el curador el que se mezcla con la exposición danzante.

Fotograma del video LI HUAYI.FANTASIES ON PAPER AND ENCHANTMENTS IN GOLD. SEPTEMBER 27, 2017.

Hemos visto dos realizaciones audiovisuales producidas por la Kwai Fung Hin Art Gallery, que representa al artista Li Huayi, quien pinta con tinta desde una perspectiva contemporánea (como él mismo dice). A estos videos se accede desde https://lihuayiarts.com/video/ . Recomendamos la experiencia de visionarlos: este modo de creación nos parece una forma fantástica de acercarse al trabajo de un artista visual y de darlo a conocer, teniendo en cuenta, para hacerlo, su estilo dentro del género pictórico en el que se inscribe.

La pintura china se funda en la caligrafía que, a su vez, se fundamenta en la pincelada, el trazo, el latido. La cámara devela el movimiento suave, verde, de las hojas de sauce que cuelgan, alargadas y finas, se esfuman yuxtapuestas en un papel blanco fijo con los trazos negros, ahusados, de los caracteres chinos; luego encuadra una pintura en grises, sobre un fondo negro y, después, a contraluz, la figura oscura del artista, a un lado, hace ondear un papel largo, blanco, sobre una perspectiva que combina sombras ligeras y objetos curvos sobreexpuestos, en primer plano y en lejanía, con los bordes rectos de ventanas y relieves de paredes y techos. Un pequeño paneo muestra la mano que da unas pinceladas leves sobre un dibujo ya empezado en un papel amarillo (del tono de un filtro cálido) y se continúa con un travelling que recorre una pintura en diagonal, ancha, en grises y negro difuminado sobre fondo blanco, en tanto Li Huayi dice (en chino, traducimos del subtítulo en inglés): «En el papel, no podés ver las pinceladas del artista, pero sus pensamientos están todos allí.»

El ojo de la cámara se detiene en fragmentos que respiran o se mueve, despacio, como una brisa, en distintas direcciones y formas. Las transiciones son simples, suaves. Hay pocos colores, pero intensos. Una amplia gama de blancos, negros y grises toma el protagonismo. Ningún efecto altisonante viene a romper la magia del conjunto de elementos que interactúan, fuera y dentro del encuadre. El ritmo tranquilo, simple, energizado por la voz, ribeteado por una música mínima, es el producto de trazos audiovisuales, decisiones que no se ven pero cuyos efectos están todos allí ; latidos que se acompasan a la pasión por pintar desde un corazón apasionado por mostrar.

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